CIUDAD DEL VATICANO (AP) — La conferencia episcopal chilena presentó su renuncia en bloque hoy viernes por un escándalo de abusos sexuales y su encubrimiento. La dimisión es la mayor consecuencia hasta la fecha del largo historial de abusos en la Iglesia católica.
Tras una reunión de emergencia con el papa en Roma, 31 obispos en activo anunciaron la firma de un documento en el que ofrecen su dimisión y ponen su destino en manos del pontífice. Francisco puede aceptar su renuncia una por una, rechazarlas o demorar su decisión.
Esta es la primera vez en la historia que una conferencia episcopal al completo presenta su dimisión por un escándalo, y pone de manifiesto el daño que el caso ha provocado no solo en la Iglesia católica en Chine sino en el conjunto de la institución.
El papa había acusado a la jerarquía eclesiástica chilena de destruir evidencias de delitos sexuales, de presionar a los abogados de la Iglesia para reducir las acusaciones y de “grave negligencia” en la protección de los menores ante los sacerdotes pedófilos.
En un demoledor documento de 10 páginas entregado a los obispos del país sudamericano durante una cumbre esta semana, Francisco apuntó que los obispos eran colectivamente responsables de los “graves defectos” en el manejo de los casos de abusos y de la consiguiente pérdida de credibilidad de la Iglesia católica.
El informe, reportado por la televisora chilena T13 y autentificado por el Vaticano el viernes, elevó la presión sobre los obispos para que renuncien en bloque ya que el pontífice les dijo que “nadie puede eximirse a sí mismo y colocar el problema sobre los hombros de los demás”.
Francisco había convocado a toda la conferencia episcopal chilena a Roma tras reconocer que había cometido “graves errores de juicio” en el caso del obispo Juan Barros, a quien las víctimas del sacerdote Fernando Karadima acusan de haber sido testigo de los abusos y no denunciarlos.
El escándalo creció más allá del caso de Barros luego de que el pontífice recibió un informe de 2.300 páginas elaborado por los dos expertos en delitos sexuales del Vaticano que fueron enviados a Chile para investigar el problema. El reporte no se ha hecho público, pero Francisco citó sus principales conclusiones en las notas al pie del documento que se entregó a los obispos chilenos en Roma.