Por: Ramón Antonio Veras.
En el año 1979, en la República Dominicana, con motivo de la lucha librada por el pueblo de Nicaragua contra la dinastía somocista, un grupo de ciudadanos y ciudadanas formamos el Comité de Solidaridad con Nicaragua.
Esta organización estaba compuesta por mujeres y hombres de la época que a nivel nacional estábamos vinculados con los movimientos internacionalistas de solidaridad en la brega por la conquista de espacios democráticos.
Una comisión del Frente Sandinista, integrada por varios de sus dirigentes visitó nuestro país con la finalidad de realizar diferentes actividades a favor de la causa de Nicaragua.
Una de las personas que formó parte de la delegación sandinista fue el sacerdote Ernesto Cardenal, a quien recibimos en la ciudad de Santiago de los Caballeros, y le acompañamos en distintos encuentros, uno de ellos en el colegio Ercilia Pepín, donde fuimos recibidos por profesores y estudiantes.
Recibimos la infausta noticia del fallecimiento de Ernesto Cardenal, un gran ser humano, sumamente sensible, quien supo ligar su pensamiento y convicciones religiosas con la lucha de los campesinos, de los trabajadores y de todos los oprimidos por un futuro mejor.
A nivel mundial, las fuerzas motrices que creen en la paz, la libertad, la soberanía e independencia plena de los pueblos, inclinan con reverencia sus cabezas para rendirle homenaje y expresarle testimonio de eterno recuerdo a Ernesto Cardenal.