En las protestas de la semana anterior, cientos de personas bloquearon las calles con barricadas y paralizaron Puerto Príncipe y otras localidades desde la tarde del 6 de julio, luego de que el gobierno anunció _justo cuando la población veía un partido de Brasil, su equipo favorito, en el Mundial de Futbol_ que al día siguiente incrementaría entre 38% y 51% los precios de la gasolina, diésel y queroseno como parte de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para reducir los subsidios a los hidrocarburos.
Como respuesta a las protestas, Lafontant suspendió los incrementos al día siguiente, pero los disturbios continuaron y varios locales comerciales fueron destruidos y saqueados y decenas de vehículos fueron quemados, sin que la policía pudiera contener la violencia.
Otros sectores, como las organizaciones empresariales, la federación de alcaldes y partidos de oposición, también se han pronunciado a favor de la renuncia o destitución del primer ministro.
Un grupo de senadores solicitó la víspera al presidente de esa cámara convocar una sesión de emergencia para interpelar a Lafontant y posiblemente exigir su destitución y la formación de un nuevo gabinete.
Lafontant, un médico de 57 años sin experiencia previa en la administración pública, comenzó sus funciones en marzo de 2017 luego que su nombramiento por parte del presidente Moïse fue aprobado por el Parlamento.