Por: Ramón Antonio Veras.
1.- La cúpula eclesiástica católica ha hecho suya la aflicción que vivamente ha lesionado a muchas familias del país que se han sentido ofendidas por acciones bochornosas de curas católicos que han deshonrado su investidura y traicionado la confianza de sus feligreses.
2.- Ninguna persona con sano juicio discute la influencia determinante que ejerce la Iglesia Católica en la forma de pensar de la gran mayoría del pueblo dominicano. De ahí que hay que tomar en cuenta cualquier actitud que asume esa organización religiosa con relación a un fenómeno de interés nacional.
3.- Manifiesto mi satisfacción por el pronunciamiento hecho por la Conferencia del Episcopado Dominicano, pidiéndole perdón a los jóvenes y a sus familias por las inconductas de algunos de los miembros de la Iglesia Católica. Siempre es oportuna la ocasión para reconocer los errores: “Todas las cosas hechas en el momento oportuno tienen cierta gracia”. Además, no debemos olvidar el mensaje bíblico: “Mira, ahora es la ocasión propicia; mira, ahora es el día de tu salvación”.
4.- La situación en que se encuentra la Iglesia Católica, sometida a cuestionamientos por el mal proceder de ciertos sacerdotes, la manda a aprovechar cualquier circunstancia para fijar su posición porque, como escribió Santa Teresa de Jesús, en el Libro de su Vida, cap. VII: “El señor da siempre oportunidad si queremos”.
5.- Aplaudo la idea expuesta por la Conferencia del Episcopado Dominicano, en su Carta Pastoral, cuando le dice a los jóvenes que “la iglesia es su madre, no les abandona y está dispuesta acompañarlos por caminos nuevos”. Precisamente, las nuevas rutas que ha de transitar la juventud dominicana es aquella que ha de tener como destino la liberación del pueblo dominicano de toda clase de opresión, sin importar que sea nacional o extranjera, y a su lado han de estar todo los sacerdotes que liguen su creencia con las causas de los humildes.
6.- Por último, es bueno el momento para felicitar al Obispo Francisco Ozoria Acosta, y con él a todos los miembros del Episcopado Dominicano, por su pertinente pastoral, y más procedente porque ha sido emitida con motivo de la celebración del Día de la Virgen de La Altagracia.