La Organización de Estados Americanos aprobó en su 51 Asamblea General sendas resoluciones sobre el impacto de la pandemia en el continente americano y la crisis política y social que vive Haití.
La resolución sobre el SARS-CoV-2, denominada “Evolución de la pandemia de la COVID-19 y su impacto en el hemisferio”, fue presentada por las delegaciones de Perú, Chile y Costa Rica.
A ellas se sumaron Argentina, Bolivia, Canadá, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, Panamá, Uruguay, México y Honduras.
La resolución busca “reafirmar la importancia de mecanismos de financiamiento” para la región después de la pandemia, con especial énfasis en los países “más vulnerables”.
La iniciativa propone un intercambio de “conocimientos científicos y técnicos” y un “reconocimiento a las plantas” productoras de vacunas contra la COVID-19 en los “países en desarrollo”.
América suma 1,275 millones 704,560 dosis aplicadas contra la COVID-19, de acuerdo a recuentos oficiales que contabilizan además más de 5 millones de muertes por el coronavirus en el mundo, un tercio de ellas -alrededor de 2.3 millones- en Latinoamérica.
Los países miembros de la OEA también aprobaron una resolución sobre “La situación de Haití”, país que vive una crisis política y social que se agudizó tras el magnicidio de su presidente, Jovenel Moïse, el pasado 7 de julio.
Los haitianos también sufren de un desabastecimiento de gasolina que ha provocado largas filas, aglomeraciones y la suspensión de algunas actividades.
El canciller de Haití, Claude Joseph, dijo ante la Asamblea que su país se encuentra en una situación de “seguridad muy difícil” y que no pueden tener respuesta “eficaz a las amenazas” latentes contra sus ciudadanos.
Joseph pidió una “cooperación multilateral” y remarcó que su país busca una “democracia”. EFE