SAN FRANCISCO DE MACORÍS. – En su primera aparición en público tras haber dado positivo a la prueba del coronavirus Covid-19 y que motivo su internamiento el obispo Fausto Ramón Mejía Vallejo, proclamó aquí que la enfermedad ha perdido que surja la verdadera unión familiar en los hogares.
El obispo dijo que estábamos viviendo en un mundo, muy alejados a los principios cristianos, estableciendo que el mundo está comprendiendo que necesariamente tiene que cambiar.
Al pronunciar la celebración de una eucaristía especial para pedir al altísimo por la liberación de la pandemia, el prelado católico, dijo que en este momento estamos viviendo momentos diferentes, pues hasta la naturaleza ha vuelto a resplandecer como los peses en el agua, al ver menos niveles de contaminación en el ambiente mundial.
‘’Ojalá que después de esta experiencia tan dolorosa aprendemos esta gran lesión, y ahora este enemigo invisible no ha visitado, y entonces ya no hay pobres ni ricos, ni santo ni pecador, y no ha puesto a todos el mundo chiquitico porque se trata naturalmente de que en la sociedad hemos vivido ciertamente esta disparidad entre los mucho que nada en la abundancia, y la gran mayoría que nada en la pobreza.
Dijo que los puestos sociales ser mejor que los demás todo ese mundo, pero que dice ustedes son hermanos, y los hermanos se quieren se sirven, entonces esa es la alegría que dice Jesucristo, la alegría que mucha gente experimente en medio de la dificultad y el miedo.
Expresó, que tenía que venir al mundo el COVID para que despertara como ese sentido profundo de humildad y sencillez en que definida nada somos y todo somos, al tiempo de felicitar a tantas personas que con tanto amor y tanta calidad van haciéndose cercanos en esa actitud de San Juan de que somos hermanos.