Niños con una Esperanza ofrece almuerzo de fin de año a niños y adolescentes

SANTIAGO.- La unión de voluntades alrededor del Programa Niños con una Esperanza, permitió que la institución pro niñez realizara un almuerzo navideño a alrededor  de 200 niños, niñas, y adolescentes apadrinados por el programa, nativos de la comunidad Santa Lucía y otras barriadas circundantes del distrito municipal Santiago Oeste, en un encuentro en el que los protagonistas disfrutaron de sorpresas, juegos y premios.

En medio de un ambiente de alegría, el pastor y presidente de la organización, Pablo Ureña, compartió con los pequeños la alegría de la Navidad, y dijo que el esfuerzo de reunirlos en un mismo espacio, fue posible por la colaboración de personas y empresas comprometidas con la población infantil del distrito y con las causas que defiende la institución.

Las dinámicas del payaso Nike encendía la emoción en los niños que disfrutaron, además, de palomitas, helados, juguetes, y las delicias que integraron el menú que fue degustado por los pequeños del programa.

«Cada año nosotros realizamos esta actividad como pretexto para que disfruten su niñez y,  además, con la finalidad de que ellos puedan irse a su casa por estos días, con el sabor de que en este lugar los esperamos y lo amamos, que siempre serán recibidos», dijo el pastor Ureña.

Agregó que «oramos por ellos y su familia para que Dios los cuide y proteja, durante este tiempo del asueto navideño».

El líder evangélico, que reconoce el esfuerzo detrás de este encuentro, agradeció el respaldo de la Iglesia Alianza Misionera de Providence, para que esta actividad se desarrollará.

Así también expresó su gratitud a la organización internacional Trash Mountain Project, por su desprendimiento y respaldo al programa. Y en el terreno local, reconoció la respuesta generosa para apoyar esta actividad del Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (Conani), la empresa Ferretodo, la Ferretería Roberto Espinal y Ferretería Joel, así también Inversiones Bonafer; además al periodista Juan Carlos «Infalible», y al empresario Yoel Payamps.

Esta unión de esfuerzos permitió que los niños recibieran regalos como bicicletas, patinetas, pelotas, mochilas, ropas, calzados, y otros.