POR NARCISO ACEVEDO
San Francisco de Macorís. – Con escenas de dolor y manifestaciones profundas de sentimientos colectivo la comunidad francomacorisana se llevó a cabo el novenario de los cinco jóvenes que la semana pasada murieron en un accidente en la carretera San Francisco- Ranchito, donde el sacerdote Amable Fernández llamó a los padres a darle un mayor seguimiento a sus hijos para evitar que le suceda lo que hoy viven los padres de los adolescentes que perdieron la vida en el hecho.
Miles de personas se concentraron en el Colegio la Altagracia donde estudiaban los jóvenes para desde allí, concluir con los actos regios del novenario, lo que constituyó una manifestación de dolor en todos los participantes.
Las víctimas de este suceso fueron Kamil Rodríguez Hernández de 16 años, Nabil Piña Cabreja, hijo de la empresaria Eunice Cabrera, quien falleció recientemente, Luis Jesús Almonó, Emil Suarez, y Miguel de la Cruz León.
Padres y madres lloraron, amigos y familiares no pudieron nuevamente ocultar las lagrimas que salía de los más profundo de los corazones adoloridos, que tienen ahora que soportar la ausencia de sus hijos, también sus compañeros de estudios, amigos y familiares vivieron algo que nunca pensaron tendría que ver los enormes gestos de solidaridad de una comunidad que se unió para concluir con el novenario de cinco jóvenes que partieron por siempre.
Durante la celebración realizada por el sacerdote Amable Fernández, en los salones multi uso del colegio la Altagracia, exhortó a los padres de familia a velar más por sus hijos y a los jóvenes a tener en cuenta que se hace necesario una valorización a la vida como forma de evitar la tragedia que hoy enluta a los a los francomacorisanos de todos los sectores sociales.
» Jóvenes vamos a luchar para evitar tragedia como la que acaba de pasar, necesitamos de una mayor integración entre padres e hijo, es un momento para una reflexión profunda entre los padres y sus hijos, pues la sociedad necesita que no sigan produciendo este tipo de hechos con nuestra juventud’’ proclamó el sacerdote Fernández.
Cinco palomas fueron lanzadas al aire por los padres de los fallecidos para para decirle el ultimo adió a los jóvenes que partieron por siempre.
POR NARCISO ACEVEDO