Cultura Viva
Por Lincoln López
Amigos lectores y jóvenes teatristas: es un honor para mí dedicar este artículo póstumamente a un amigo, a un colega, a un ciudadano ejemplar, y, a uno de los más destacados actores santiagueros de su generación. Me refiero a Luis Manuel Peralta (Doña Antonia, 1950-Santiago, 1996). Declamador, actor, director y profesor de teatro como en Ciencias F. Q. (Licenciado en Educación).
Por espacio de casi 30 años, tuvimos la satisfacción de compartir los disímiles escenarios o presenciar una de tus tantas actuaciones como teatrista, y valoramos tu talento natural y respetamos tu crecimiento cultural a la hora de crear un tipo de personaje en sus dimensiones fundamentales: físicamente cercano, socialmente verosímil, y expresando su sicología correctamente.
Magnífico actor ¨de carácter¨, aquel que interpreta un personaje no protagonista pero tampoco secundario. Por su naturaleza resulta de vital importancia para la representación porque eleva la calidad de la misma. Ser protagonista a veces, es un accidente por el color de la piel u otro rasgo físico. El de ¨carácter¨ no, ese debe ser un maestro actuando.
De tantos, voy aludir a dos personajes similares interpretados por ti. Razones: por ser clásicos y porque impactaron positivamente en los distintos públicos y pueblos donde nos presentamos. Uno es griego: Tiresias. Un adivino ciego de la obra Edipo de Sófocles. El que hizo las revelaciones, que conducirían a revelar el misterio del nacimiento y las involuntarias muertes de Edipo.
El segundo personaje es romano: Adivino. De la obra Julio César de W. Shakespeare. El que le advirtió a César sobre los malos presagios: ¨¡Cuídate de los idus de Marzo!¨; le hizo caso omiso e incluso llegó a mofarse de él…y llegado el día, Julio César, el hombre más poderoso de occidente fue asesinado, fruto de una conjura.
Luima (Luis Manuel Peralta): ¡Hasta siempre! Nos queda tu legado artístico desde PUCMM, UTESA, Bellas Artes…, nos queda tus valores…nos queda tus libretos, tus enseñanzas en la legión de alumnos del UFE. Tus hijos y admiradores. Tus amigos de siempre: Frank, Daniel, Daisy, Elizabeth, Juan y Yo