Uthai Sawan (Tailandia), 7 oct (EFE).- Decenas de familiares y vecinos acudieron este viernes a la guardería de Tailandia, en la pequeña y tranquila población de Uthai Sawan, al noreste del país. Allí en la víspera un expolicía mató a 22 niños y a quince adultos, en una de las peores matanzas de esa nación.
Los desconsolados familiares de las víctimas acudieron a una ceremonia organizada a escasos metros del centro infantil, entre una procesión de políticos, donde los funcionarios del Ministerio de Justicia les tomaban datos uno por uno.
La triste procesión de padres, madres, abuelas y otros familiares directos de los asesinados soltaba llantos desgarrados por la desolación mientras aguardaban su turno para entrar a esa guardería de Tailandia.
“Se trata de aportar evidencias para certificar que son familiares de uno de los fallecidos” en la matanza del jueves, apuntó a Efe una funcionaria de Justicia sentada frente a una pila de papeles.