Al conmemorarse un año de la explosión que sacudió a San Cristóbal, este pueblo y la sociedad dominicana están bañados en lágrimas y dolor, no solo por la pérdida de 42 seres humanos que murieron, sino por la impotencia, indiferencia, falta de sensibilidad y de respuesta creíble por parte de las autoridades.
Durante un acto, en la denominada zona cero, donde ocurrió el hecho, la Comisión de la Verdad compuesta por familiares de las víctimas y personalidades de San Cristóbal, deplora la indiferencia e irresponsabilidad del gobierno, ante un hecho horroroso, inaceptable, donde las complicidades e incoherencias del Estado y sus organismos evidencian la baja valoración que tienen por el ser humano.
Dorka Carrera, cuñada de Licerda Feliz, una de las víctimas, narra que sus hijos a, una hembra y un varón, adolescentes, todavía siguen muy afectados y ciertamente, en medio de la entrevista a su tía los ganó el llanto.l
Indica que ahora decenas de humildes ciudadanos desprovistos de fortuna y poder, se reúnen cada mes para compartir sus lágrimas, para recordar a sus seres queridos fallecidos, pero también para reclamar al Estado en la figura del presidente Luis Abinader, una respuesta satisfactoria, no inventada de lo que ocurrió y quiénes son los responsables.
Afirma que de la explosión de San Cristóbal hablarán por mucho tiempo, no solo por la magnitud de la tragedia misma, sino por el manejo turbio de las instituciones del Estado para asumir su responsabilidad.