La Policía Nacional identificó al hombre que habría matado al folclorista Víctor Erarte (Vitico), un hecho ocurrido el 30 de octubre del año 2022 en su residencia en el sector Los Jardines de la ciudad de Santiago.
Se trata de un hombre solo conocido como «Yunior el haitiano», de quien difundieron una foto por .
El extranjero es buscado mediante orden de arresto número 09919-2022.
De acuerdo a las investigaciones, «Yunior el haitiano» fue la última persona que tuvo contacto con la víctima.
Erarte y su presunto matador entraron juntos a la casa varias horas antes de que lo encontraran muerto con signos de violencia.
Víctor Erarte falleció el domingo 30 de octubre del 2022. Su cadáver fue hallado con signos de violencia en el interior de su residencia, ubicada en el sector Los Jardines Metropolitanos de Santiago.
El cuerpo de Víctor Daniel Erarte (Vitico), quien en vida fuera folclorista, maquillista y coreógrafo, presentaba signos de violencia. Posteriormente, el acta de defunción arrojaría que su deceso fue provocado por asfixia.
En principio, se informó que por el asesinato de Erarte detuvieron a tres personas y estaban investigando a otras, pero luego las dejaron en libertad.
“Se excedieron, no debieron matarlo”, dijo con pena frente a las cámaras Pedro Pablo Ortiz Erarte, hermano del fallecido folclorista. También expresó sus dudas respecto a que el hecho fuera por robarle a vitico.
El acta de defunción del folclorista Víctor Erarte, de 61 años, establece que éste murió a causa de asfixia por estrangulamiento. Los familiares afirmaron que presentaba además golpes en distintas partes del cuerpo.
En ese entonces, la Policía Nacional informó que tres haitianos se encontraban bajo investigación por la muerte del folclorista, pero después fueron dejados en libertad.
Por tal razón, familiares del folklorista Erarte pedían se hiciera justicia, debido a que no había nadie apresado en torno al caso.
Pedro Pablo Ortiz Erarte, hermano de Vitico Erarte, cuando ocurrió el hecho informó que su pariente vivía solo en su residencia, pero contaba con varios empleados, entre estos una mujer que le cocinaba y otros dos en sus labores de la casa.
Constantemente, los familiares del folclorista criticaban que las autoridades no tenían nada en concreto con respecto al crimen, y que las pesquisas permanecían estancadas, calificaron de ineptitud y de falta de voluntad la tardanza de las autoridades para resolver el caso.