El huracán Ian, una de las tormentas más poderosas jamás registradas en Estados Unidos, azotó el suroeste de Florida , inundando calles y edificios, dejando sin electricidad a más de 1 millón de personas y amenazando con generar daños catastróficos tierra adentro.
Un cuartel policial costero reportó que estaba recibiendo muchas llamadas de personas atrapadas en viviendas. El centro del huracán entró cerca de Cayo Costa, una isla barrera al oeste de la densamente poblada Fort Myers.
Mark Pritchett salió de su hogar en la ciudad de Venice aproximadamente a la misma hora que el huracán llegó a la costa, a unos 56 kilómetros (35 millas) al sur. Comentó que había sido “aterrador”.
“Literalmente, no podía mantenerme de pie frente al viento”, escribió Pritchett en un mensaje de texto. “La lluvia cae como agujas. Mi calle es un río. Ramas y árboles caídos. Y lo peor está por llegar”.
El huracán de categoría 4 azotó la costa con vientos de 241 kilómetros por hora (150 millas por hora) y empujó una marejada ciclónica acumulada durante su lento avance sobre el Golfo de México. Más de 1,1 millones de viviendas y negocios de Florida carecían de electricidad. Previamente la tormenta golpeó a Cuba, donde dejó dos muertos e inhabilitó la red eléctrica de la isla.
Cerca de 2,5 millones de personas del suroeste de Florida recibieron órdenes de evacuar antes de que llegara Ian, pero por ley nadie podía ser obligado a dejar su vivienda.
Los conductores de la televisora WINK de Fort Myers tuvieron que abandonar su escritorio de trabajo habitual y continuar la cobertura desde otro sitio de su sala de prensa porque el agua estaba entrando en su edificio ubicado cerca del río Caloosahatchee.