Este martes 16 de febrero se cumplen 48 años de la muerte del expresidente de la República, del coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, quien defendió con las armas la democracia y la soberanía dominicana durante la intervención norteamericana en 1965.
Caamaño Deñó murió a los 41 años en 1973 en el paraje Nizaíto, de San José de Ocoa. Fue el líder de la resistencia constitucionalista que en 1965 buscaba devolver el poder a Juan Bosch, el primer presidente electo de forma democrática tras tres décadas de dictadura protagonizada por Rafael Leónidas Trujillo, y derrocado con un golpe de Estado, en septiembre de 1963.
Caamaño fue el líder de la insurrección cívico militar de abril de 1965 y la Asamblea Nacional lo escogió como presidente de la República, pero salió del país luego de la firma del acta de reconciliación que puso fin a las hostilidades.
Alberto Caamaño Deñó fue hijo del general Fausto Caamaño Medina, fallecido en 1986. Su padre era un prominente militar durante la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo y llegó a recibir las más altas condecoraciones del régimen, ostentando, incluso, el cargo de secretario de Estado de las Fuerzas Armadas (ministro de Defensa) desde 1952 a 1955.
El coronel Fernández Domínguez regresó clandestinamente incorporándose a la lucha, cayendo en combate en la toma al Palacio Presidencial el 19 de mayo. Caamaño ocupó la posición de la Presidencia hasta el 3 de septiembre de ese mismo año, cuando presentó su renuncia en un acto masivo en la Fortaleza Ozama, tras la firma del Acta de Reconciliación Dominicana (Acto Institucional).
Francisco Caamaño había desembarcado días antes del 16 de febrero de 1973, por playa Caracoles, en Azua, en la costa sur del país, comandando un grupo de hombres con la finalidad de comenzar la lucha armada en las montañas para combatir el régimen de los 12 años del presidente Joaquín Balaguer.
Cayó abatido en las montañas de la cordillera Central.