POR EFE
El estadounidense Caleb Swanigan, que jugó en la NBA para los Portland Trail Blazers y los Sacramento Kings, murió a los 25 años en Fort Wayne (Indiana, EE.UU.), informó la liga.
Una infancia complicada, muy vinculada a la droga, un crecimiento exponencial que le llevó al baloncesto y una caída en desgracia que se vinculó a un aumento tremendo de peso.
Swanigan falleció en el Lutheran Hospital de Fort Wayne por causas naturales sin que se hayan dado más detalles hasta el momento.
«Estamos devastados. Nuestros pensamientos y oraciones para la familia y los amigos de Caleb Swanigan. El mundo perdió un alma amable. Te queremos, Biggie», escribió en Twitter el perfil oficial del equipo de Purdue, donde Swanigan jugó en su época universitaria.
Pasó por cinco refugios entre Indianápolis y Utah, pues era ‘hijo del crack’. Su padre, adicto a esa droga y a la cocaína destructuró una familia e incluso maltrataba a su madre, también trascendió que llegó a pesar 220 kilos. Ella cuidaba de sus hijos. Así, la infancia de Caleb estuvo marcada por malos hábitos alimenticios, que terminaron por provocar que pesase 180 kilos de peso a los 13 años.
Su salvación fue Roosvelt Barnes, un exjugador de fútbol americano y representante que le adoptaba y hacía explorar sus cualidades para el baloncesto. Allí, creció hasta ser All-American en el instituto y entrar en la primera ronda del Draft de la NBA como mejor reboteador de la liga universitaria.
En la NBA nunca terminó de despegar. Muy pocos partidos, liga de desarrollo y renuncia a la burbuja de Orlando. Y, para más inri, fue detenido el 23 de diciembre de 2020 por posesión de droga. Tratado como delito menor, pero al acudir al juzgado se veía como había engordado 64 kilos más que en su llegada a la NBA. De 118 a 182. Siete meses después de su última imagen se ha conocido que fallecía a los 25 años de edad.