La escalada de la violencia por parte de las bandas armadas y los saqueos han continuado en Haití, pese a que la semana pasada se acordó un consejo presidencial y la dimisión del primer ministro, Ariel Henry.
Uno de los 17 contenedores del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) fue saqueado en el puerto principal de Puerto Príncipe.
Esta vez tocó el turno a un área sensible como lo es la ayuda humanitaria en ese país, azotado por una crisis política y económica.
Al ofrecer la información en un comunicado, Unicef manifestó que el contenedor saqueado contenía artículos esenciales para la supervivencia materna, neonatal e infantil, incluidos resucitadores y equipos relacionados, así como suministros críticos para el desarrollo y la educación de la primera infancia, equipos de agua y otros.
«Grupos armados irrumpieron en el puerto principal de la ciudad hace una semana, cortando uno de los últimos medios de vida que quedaban en la capital para obtener alimentos y suministros mientras el país se acerca al colapso», indica el comunicado.
Asegura Unicef que actualmente, más de 260 contenedores de propiedad humanitaria están controlados por grupos armados en el puerto.
«Privar a los niños de suministros sanitarios vitales en medio de un sistema sanitario colapsado es una violación de sus derechos. Este incidente se produce en un momento crítico cuando los niños más los necesitan», afirmó Bruno Maes, representante de Unicef en Haití.