POR EFE
(EFE).- Al cumplirse una semana del terremoto de magnitud 7,2 que sacudió el sur de Haití las posibilidades de encontrar con vida a víctimas de derrumbes van descendiendo, mientras crece la desesperación en la población más afectada y, con ello, los saqueos a camiones de alimentos.
Las autoridades no han actualizado desde el miércoles las cifras de víctimas, y es de suponer que habrán variado con respecto a los 2.189 muertos, 12.268 heridos y 332 desaparecidos reportados entonces.
UN ATISBO DE ESPERANZA QUE SE ESFUMA
La posibilidad de encontrar con vida a cuatro personas bajo los escombros de una casa en la ciudad de Les Cayes, la más afectada por el terremoto, mantuvo este sábado a cientos de curiosos observando los trabajos de los experimentados voluntarios en rescate de la brigada los Topos, procedentes de México.
La brigada, compuesta por ocho expertos y apoyados por dos rescatistas haitianos, comenzó a trabajar en el lugar a las 21.00 horas del viernes tras detectar cuatro posibles supervivientes mediante un escáner, pero tras 16 horas de arduo trabajo se retiraron del lugar.
Antes de realizar una última lectura el equipo dio paso a las máquinas para retirar parte de los cascotes y poder adentrarse un poco más abajo en lo que quedaba de la estructura con el localizador de vida para confirmar los «presuntos positivos», ya que el dispositivo de búsqueda puede verse alterado por diversos factores.
El líder del grupo, Luis Alba, se mostró optimista sobre las probabilidades de encontrar a gente con vida «y más tratándose de gente haitiana, que es durísima», señaló en declaraciones a Efe.