Jerusalén/Gaza,.- Los duros bombardeos israelíes sobre Gaza, más de 3.000 cohetes lanzados de la Franja a Israel, combates contra milicias palestinas que aún controlan zonas israelíes y decenas de rehenes israelíes capturados marcan la guerra que estalló ayer.
Israel fue pillado desprevenido en una ofensiva por tierra, mar y aire de milicianos palestinos de Gaza que atacaron el área fronteriza y pudieron avanzar ante el desconcierto del Gobierno y el aparato de Seguridad israelíes, que perdieron control de puntos clave y de comunidades israelíes colindantes con Gaza, zonas que en parte todavía no han recuperado y que siguen bajo extrema tensión.
Ahí murió un número aún no determinado de soldados y civiles, y hubo también militares y otras personas -al menos unos cincuenta- secuestradas por milicianos y hechas cautivas en Gaza, donde ahora el grupo islamista Hamás y Yihad Islámica dicen que las usarán como moneda de cambio para pedir la libertad de prisioneros palestinos.
Hamás, que controla Gaza desde hace más de 16 años y consideró la ofensiva como un éxito militar, dice estar preparado para «seguir con la batalla» y dispuesto a resistir «a largo plazo».
Según fuentes palestinas de Gaza, rechazó ofertas para negociar un alto el fuego con Israel que le llegaron por parte de Egipto, Catar, la Liga Árabe y Jordania, mientras muestra una posición de fuerza.
Milicias palestinas lanzaron al menos 3.000 cohetes a territorio israelí que impactaron en áreas israelíes cercanas pero también en el centro de Israel y urbes como Jerusalén o Tel Aviv.
El ataque fue un duro golpe para el Ejecutivo israelí. El líder de la oposición, Yair Lapid, ofreció formar Gobierno de unidad al primer ministro, Benjamin Netanyahu, quien a su vez instó a Lapid y al diputado centrista Beny Gantz a juntarse en «un amplio gobierno de emergencia».