POR SANDRA GUZMAN
De los 28 mercenarios colombianos acusados de participar en el asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moïse, solo siete de ellos conocían que el plan era acabar con su vida. Para el resto de las 19 personas que viajaron, la misión en la que se embarcarían sería brindar seguridad al Gobierno.
Los hombres habían sido reclutados meses anteriores, conforme a una noticia que hizo el Grupo Caracol, de Colombia, reproducida en el país por la periodista Alicia Ortega en el noticiero SIN, y que afirma que los datos fueron revelados por los hermanos Rivera, Jhonatan y Germán, involucrados en el caso.
El primer plan era secuestrar el presidente Moïse, pero luego se ordenó que fuera asesinado.
Conforme a la investigación, el cambio provocó una pelea entre los hermanos Rivera, y Jhonatan, junto al piloto Ronald Ramírez, quienes se regresaron a Colombia. Esas ausencias no impidieron que el macabro propósito siguiera su curso y el cuatro de julio llegó un grupo de 19 exmilitares a la República Dominicana para darle continuidad. Su arribó se produjo a través del vuelo 0252 de Avianca desde Colombia.
Ya en suelo dominicano, se fueron hacia Haití a través del cruce fronterizo de Carrizal y el día siete de ese mismo mes, siete de ellos penetraron en la madrugada a la residencia del mandatario Jovenel Moïse y lo acribillaron. Su esposa, Martine, también resultó herida de bala, pero salvó la vida. Una hija de la pareja acudió a la habitación de su hermano durante el ataque para ponerse a salvo. Ninguno resultó lesionado.
Mientras los mercenarios acababan con la vida del gobernante, el otro grupo se quedó en las afuera de la casa vigilando, incluido el capitán Rivera, de acuerdo al trabajo de la cadena Caracol, que cita una investigación de la Policía haitiana y el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés).