La práctica de predicar el evangelio en los vagones del Metro de Santo Domingo se mantiene pese a la prohibición de parte de las autoridades. Ahora se hace de una manera más discreta y con menos intensidad que en los pronunciamientos anteriores que provocaron fricciones entre pasajeros .
Lo curioso es que, a las personas, al parecer, les gusta escuchar a los cristianos, pues se les observa escuchar atentamente y exclamar amén, cuando el predicador concluye con su mensaje.
Con anterioridad, se escenificaron algunos enfrentamientos verbales entre pasajeros cuando uno que otro cristiano comenzaba a predicar “la palabra”.
De inmediato, comenzaban los comentarios a favor y en contra de la religión y era necesaria la intervención de un agente de seguridad del servicio de transporte para pedir a los pasajeros mantener el respeto entre ellos. Nunca se tuvo conocimiento de agresión alguna.
Pero han pasado los meses y la prédica de los cristianos ha vuelto al Metro, aunque de forma más discreta y esporádica.