Los cristianos estamos de fiesta. El que da sentido a nuestra existencia ha vencido la muerte y vive entre nosotros. Ha resucitado.
El cristianismo nace de la Resurrección, nos dice el Papa Francisco: «No es una ideología, no es un sistema filosófico, sino es un camino de fe que parte de su advenimiento por los primeros discípulos de Jesús».
Porque creemos en la nueva vida que nos trajo el Resucitado, muchos lo han dejado todo para seguirlo. Otros han sufrido el martirio por su fe. Lo hemos visto en la iglesia primitiva, y ahora en muchas partes del mundo. Es que los que viven en las tinieblas no resisten ni siquiera un poco de la luz que irradia la Buena Nueva que nos trajo el Maestro.
Pero llegó la hora de vencer el miedo, como lo hicieron los Apóstoles después de estar con el resucitado. No les importó cárceles, golpizas, ni torturas. Decidieron proclamar a Jesús. Sabían en Quien habían puesto su confianza.
Hoy, que la sociedad dominicana padece muchos signos de muerte; violencia intrafamiliar, inseguridad ciudadana, robos y atracos. Desigualdades sociales escandalosas, jóvenes que se pierden entre el vicio y la chercha que le brinda esta sociedad para alienarlos, se hace urgente que el país resucite hacia días mejores.
El Señor nos llama a una nueva vida. Resucitemos con Él, y veremos una sociedad sustentada en valores. La que todos anhelamos.