Un reciente informe de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO) ha destapado una alarmante falla en la seguridad presidencial, revelando que el Servicio Secreto de EE.UU. tenía conocimiento de una «amenaza clasificada» contra Donald Trump 10 días antes del intento de asesinato ocurrido el 13 de julio de 2024 en Butler, Pensilvania. Sin embargo, esta información crucial no se compartió con los agentes encargados de protegerlo.
El senador Chuck Grassley calificó este incidente como «uno de los momentos más impactantes en la historia política».
Según el documento de la GAO, de 98 páginas, el Servicio Secreto carecía de un protocolo claro para distribuir información de inteligencia sensible si no se consideraba una «amenaza inminente para la vida».
Esta laguna en el sistema dejó a los equipos de seguridad en el terreno en total desconocimiento de la amenaza existente.
Los responsables de los planes de seguridad, incluido el personal policial local y el Servicio Secreto, no estaban al tanto de la amenaza. El equipo de avanzada en Butler no recibió ninguna advertencia sobre el peligro inminente.
La falta de información tuvo consecuencias directas en la preparación del evento. El agente especial a cargo en Pittsburgh afirmó que, de haber conocido la amenaza, habría solicitado medidas adicionales de seguridad.
Estas medidas incluirían vidrios blindados, más drones y un equipo completo de francotiradores.
Afortunadamente, el entonces candidato a presidente Donald Trump sobrevivió al ataque, aunque fue rozado por una bala durante el mitin.