Naciones Unidas .- El Gobierno dominicano no va a cesar las deportaciones de haitianos y no tiene ninguna intención de abrir campamentos de refugiados para ellos, dijo el canciller dominicano, Roberto Álvarez, tras participar en una sesión del Consejo de Seguridad sobre Haití.
Álvarez dijo que la República Dominicana «no puede con la cantidad de haitianos que ingresan diariamente en el país. Sencillamente es inaceptable», sentenció.
Hace dos semanas, Amnistía Internacional (AI) pidió al gobierno dominicano parar las deportaciones ante la situación de extrema inseguridad que vive el país vecino, en línea con la petición de la Organización Internacional de Migraciones (OIM, organismo de la ONU) y la Agencia de la ONU para los refugiados (Acnur).
El canciller dijo conocer la petición de Amnistía, pero respondió que las deportaciones «no van a cesar»; además, recordó que su país no es el único de la región que practica estas deportaciones (también lo hace Estados Unidos, que él no mencionó).
El mes pasado, el gobierno haitiano cifró en 24.000 el número de haitianos deportados entre el 1 de enero y el 15 de marzo, según dijo una fuente oficial a la CNN.
Álvarez dijo que su país ejerce de «imán» para los haitianos, siendo como es «la séptima economía de América» y Haití el país más pobre, y recordó además que hay una gran cantidad de haitianos que residen legalmente en el país «y no son molestados», pero la República Dominicana no puede aceptar ese continuo ingreso sin control.
Sobre la posibilidad de abrir para ellos campos de refugiados, la descartó tajantemente: «Eso es imposible», dijo, tras recordar que la vida media de un campo de refugiados en el mundo es de 10 a 15 años.
Poco antes, dentro del Consejo, el canciller pidió a la comunidad internacional una actitud más decidida con respecto a las sanciones a Haití, pues solo se han aplicado «a cuatro reconocidos criminales, sin identificar a los verdaderos responsables de la violencia generalizada».