El Consejo de Seguridad de la ONU fracasó de nuevo en sus intentos de frenar la guerra en Gaza, y sus miembros fueron incapaces de aprobar una resolución de Estados Unidos, que pedía establecer «pausas humanitarias», y otra de Rusia, que exigía un alto el fuego inmediato.
Son, respectivamente, el tercer y cuarto intento fallido que lleva a cabo el Consejo de Seguridad, lo que muestra la profundidad del enfrentamiento dentro del consejo, dividido entre Rusia y China, por un lado, y Estados Unidos, por otro, y que tiene maniatado al máximo órgano de Naciones Unidas.
La resolución de Estados Unidos llevaba varios días circulando entre los miembros, y EE.UU. había accedido a algunas enmiendas para que no estuviera tan escorado en favor de Israel, pero a la hora del voto se opusieron Rusia y China (ambas con derecho de veto) y Emiratos Árabes Unidos.
La embajadora de Estados Unidos, Linda Thomas-Greenfield, había definido en sus palabras introductorias el día de hoy como «un test para todos nosotros, para la comunidad internacional y el mismo consejo», test que ahora parece fracasado ante la incapacidad del organismo de sacar adelante un mínimo texto de consenso.