El Papa Francisco se refirió a la situación de Haití señalando que “está sufriendo desde hace varios años una grave crisis sociopolítica y humanitaria”.
Tras la bendición “Urbi et Orbi”, que el pontífice imparte dos veces al año al final de la Semana Santa y en Navidad, mencionó el esfuerzo de los actores políticos y de la comunidad internacional en la búsqueda de una solución definitiva a los numerosos problemas que afligen a los haitianos, a los cuales definió como una población “atribulada”.
Asimismo, ha instado a consolidar “los procesos de paz y reconciliación emprendidos en Etiopía y en Sudán del Sur” y ha pedido que cesen “la violencia en la República Democrática del Congo”.
“Abre los corazones de toda la comunidad internacional para que se esfuerce por poner fin a esta guerra y a todos los conflictos que ensangrientan al mundo. Apresurémonos a superar los conflictos y las divisiones, y a abrir nuestros corazones a quien más lo necesita. Apresurémonos a recorrer senderos de paz y de fraternidad», ha manifestado Francisco asomado al balcón de la logia central de la basílica de San Pedro ante unos 100, 000 fieles