POR AGENCIAS
«Estamos viviendo una especie de vuelta a la vida normal». Así de categórico se ha mostrado el primer ministro francés, Jean Castex, quien anunció este miércoles la anticipación de dos emblemáticas medidas dentro de su plan desescalada: la retirada de la mascarilla al aire libre y el fin del toque de queda.
Con una caída de la circulación del coronavirus a niveles de agosto de 2020, el Gobierno francés ve la luz al final del túnel.
Aprovechando el comienzo de las vacaciones de verano; en plena Eurocopa de fútbol, que congrega por las noches a miles de personas en los bares; y con unas elecciones regionales en menos de una semana, el Ejecutivo decidió adelantar su plan gracias a unos indicadores sanitarios en verde.
Atrás quedan tres confinamientos: entre marzo y mayo de 2020; en noviembre de 2020 y en abril de 2021; unos hospitales al borde del colapso; y 5,7 infectados y 111.000 muertos.
«Vivimos un momento importante, un momento feliz de vuelta a una especie de vida normal, y lo debemos al esfuerzo de todos, a nuestros sanitarios, a todos los que están implicados en la vacunación y a nuestros ciudadanos», manifestó Castex.
La intervención del gobernante al término del Consejo de Ministros no se esperaba y fue anunciada al filo del medio día. Estuvo acompañado por el ministro de Sanidad, Olivier Veran, quien finalmente no tomó la palabra.
«Vamos a retirar la obligatoriedad general de llevar mascarilla al aire libre. No será obligatoria, excepto en algunas circunstancias. Los decretos serán modificados a partir de mañana», dijo Castex. Hace unos 10 meses que las mascarillas en Francia eran obligatorias en todas las circunstancias.