El gobierno de Israel declaró formalmente la guerra y dio luz verde a «medidas militares significativas» en respuesta al ataque sorpresa de Hamas, mientras que las fuerzas armadas trataban de eliminar a los combatientes que continuaban en los poblados del sur del país e intensificaban sus bombardeos sobre la Franja de Gaza. Ya hay más de 1.100 muertos y miles de heridos de ambos bandos.
Más de 24 horas después de que Hamas lanzó una incursión sin precedentes desde Gaza, las fuerzas israelíes seguían combatiendo a milicianos atrincherados en distintos puntos el lunes por la mañana.
Según informes, hay al menos 700 muertos en Israel -una enorme cifra que no se había visto en el país en varias décadas-, mientras que en Gaza se reportan más de 400 decesos.
Israel indicó que había traído a fuerzas especiales para intentar expulsar a los milicianos de Hamas de cuatro sitios, incluidos dos kibutz.
La declaración de guerra presagiaba más combates a corto plazo. Una gran interrogante es si Israel iniciará una ofensiva por tierra hacia Gaza, una acción que en ocasiones anteriores ha provocado un incremento en el número de víctimas.