Turista golpeada exigió US$2.2 millones de compensación

El hotel Majestic Elegance reveló este martes que la turista estadounidense Tammy Lawrence-Daley, quien denunció a través de las redes sociales que fue agredida en las instalaciones, exigió un acuerdo indemnizatorio de 2.2 millones de dólares y tras no recibir respuesta positiva, divulgó su versión del caso, cuatro meses después de sucedido.

Majestic Elegance  explicó que desde el momento en que se reportó su desaparición aplicó el protocolo de seguridad previsto cuando se informa que un huésped está en problemas.

En un comunicado enviado a elCaribe, el hotel dijo que según lo declarado por la dama, ella fue interceptada por un desconocido poco después de las 11 de la noche, pero su esposo, Christopher Daley, reportó su desaparición a las 2.30 de la madrugada, y en pocos minutos se inició un operativo de búsqueda en toda la propiedad, y fue encontrada a las 6.40 de la mañana, y enseguida se avisó a las autoridades, asumiendo el hotel la responsabilidad de proveerle todas las atenciones necesarias. Explica que todas sus actuaciones en el caso están documentadas.

Según el hotel, alrededor de las 6:40 a.m., un empleado encontró a Tammy Lawrence en un área restringida del hotel y se llamó a una ambulancia para llevarla de inmediato al hospital, explica una declaración de Majestic. “Tenía golpes en la cara y una uña del dedo meñique rota. No presentaba rasguños ni otras señales de violencia en el cuerpo, portando con ella su cartera y teléfono celular, tras lo cual se avisó a la policía local, que en breve tiempo se presentó al lugar”, explicó en el comunicado.

Agregó que un personal del hotel permaneció casi todo el tiempo en el hospital para brindarle asistencia y asegurar que sus necesidades fueran atendidas. Majestic Resorts dijo que pagó todos los gastos del hospital y ofreció a Lawrence, a su esposo y a sus compañeros de viaje, una extensión de cortesía de su estadía en el hotel durante el tiempo necesario para recuperarse y arreglar su salida del país.

POR MARTIN POLANCO