“Trujillo en la punta de mira…”, un análisis de Bosch (2)

 

 

Por Lincoln López

La carta de Bosch dirigida a Trujillo en 1961 en esta segunda parte hay dos metáforas importantes: la primera se refiere a la “atmósfera”  integrada por el contexto socio-político y geográfico de la época; y, la segunda, comparando al tirano con un “tiburón” por su naturaleza de ser el “terror de los mares”.

Juan Bosch tiene el acierto de señalar en esa histórica carta las nuevas circunstancias políticas que aparecían en el panorama regional que permitían vislumbrar el final de la dictadura y demostraba que con sus argumentos previos al analizar las condiciones que no permitían el desenlace inmediato, como bien lo expuso en su libro “Trujillo. Causas de una tiranía sin ejemplo”.

En ese libro, escrito algunos años antes de esa carta de 1961, explica refiriéndose a los discrepantes de sus argumentos estas aseveraciones que dicen así: “…Ninguno de esos observadores tomó en cuenta que los regímenes de Perón, Rojas Pinilla y Pérez Jiménez no tenían semejanza real con el de Trujillo. Las semejanzas eran aparentes, como resultan semejantes dos fiebres  en dos dolencias que sólo tienen en común la alta temperatura de los enfermos”.

Esas diferencias las conocía Juan Bosch.

A continuación, la parte final de la carta:

“La fuerza resultante de la suma de los tres factores mencionados va a actuar precisamente  cuando comienza la crisis para usted; sus adversarios se levantan de una postración de treinta y un años en el momento en que usted queda abandonado a su suerte en medio de una atmósfera política y social que no ofrece ya alimento a sus pulmones. En este instante histórico, su caso puede ser comparado al del ágil, fuerte, agresivo y voraz tiburón, conformado por miles de años para ser el terror de los mares, al que el inesperado cataclismo le ha cambiado el agua de mar por ácido sulfúrico; ese tiburón no puede seguir viviendo.

No piense que al referirme al tiburón lo he hecho con ánimo de establecer comparaciones peyorativas para usted. Lo he mencionado porque es un ejemplo de ser vivo nacido para atacar y vencer, como estoy seguro que piensa de sí mismo. Y ya ve que ese arrogante vencedor de los abismos marítimos puede ser inutilizado y destruido por un cambio en su ambiente natural, imagen fiel del caso en que usted se encuentra ahora.

Pero sucede que el destino de sus últimos días como dictador de la República Dominicana puede reflejarse con sangre o sin ella en el pueblo de Santo Domingo. Si usted admite que la atmósfera política de la América Latina ha cambiado, que en el nuevo ambiente no hay aire para usted, y emigra a aguas más seguras para su naturaleza individual, nuestro país puede recibir el 27 de febrero de 1962 en paz y con optimismo; si usted no lo admite y se empeña en seguir tiranizándolo, el próximo aniversario de la república será caótico y sangriento; y de ser así, el caos y la sangre llegarán más allá del umbral de su propia casa, y escribo casa con el sentido usado en los textos bíblicos.

Es todo cuanto quería decirle, hoy, aniversario de la fundación de la República Dominicana.

Juan Bosch

Caracas, 27 de febrero de 1961”.