La cura para una de las condiciones de salud más comunes y enervantes de hoy en día podría ser tan elemental y tan simple de corregir una deficiencia de nutrientes que plaga a millones de occidentales: Deficiencia de vitamina D.
Aquí verán las ocho enfermedades comunes que han sido científicamente vinculados a la carencia crónica de vitamina D:
Asma. Aunque la causa definitiva por la cual se manifiesta el asma no se sabe aún, la ciencia lo relaciona con la vitamina D y la falta de ello, como un factor grande en su prevalencia. Especialmente en niños, se ha demostrado que la vitamina D ayuda a reducir la severidad y dominio de los síntomas asmáticos y puede ayudar a controlar la inflamación que obstruye las vías respiratorias, así evitando la dificultad para respirar.
Hipertensión. Un estudio que fue recientemente publicado en Journal of investigative Medicine halló que los pacientes con hipertensión se desempeñaban mejor cuando sus niveles de vitamina D eran aumentadas. Niveles altos de suero sanguíneo de 25-hidroxivitamina D (25(OH)D), indicador de vitamina D, fueron encontrados para ayudar modular la inflamación vascular y otras señales de hipertensión.
Enfermedad intestinal inflamatoria (EII). Numerosos estudios llevados a cabo en Europa, India y en los Estados Unidos, han encontrado un vínculo entre los niveles bajos de vitamina D y la tasas altas de la enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa y otras formas de EII. En base a esta investigación cohorte, populaciones donde la exposición a la luz natural es limitada tiende a tener tasas altas de EII y viceversa.
Influenza. Se ha sabido por mucho tiempo que las tasas de influenza son altas durante el invierno, que es cuando el sol está en su punto bajo y la exposición a los rayos UVB son mínimas. Esto, acompañado de una investigación, demuestra que la vitamina D ayuda en mejorar el sistema inmune y la ciencia apenas empieza a reconocer su potencial en mantener niveles óptimos de vitamina D que ayudan a combatir contra la gripe.
Diabetes tipo 2. Un estudio publicado en una revista, AIDS, encontró que la deficiencia de vitamina D puede agravar los síntomas del síndrome metabólico de los pacientes con VIH. Sin embargo, en el proceso de comprenderlo, el equipo de investigación también encontró que al mantener los niveles altos de vitamina D a través de la luz solar o suplementación, realmente puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en general.
Caries dentales. Se ha sospechado desde mediados del siglo 19 que la falta de exposición a la luz solar es una de las principales causas de una mala salud. Pero en años recientes, los científicos han seleccionado condiciones específicas, incluyendo la mala salud dental a la falta de vitamina D. Numerosos de estudios recientes han encontrado que los niveles óptimos de vitamina D favorecen a la calcificación saludable en los dientes, mientras la falta de este nutriente importante puede propiciar índices altos de caries dentales.
Artritis reumatoide. Si tú o alguien padece de artritis reumatoide (AR), tal vez querrás revisar tus niveles de vitamina D. Un estudio reciente de Canadá encontró una “asociación considerablemente potente” entre la deficiencia de vitamina D y la AR. A decir verdad, se encontró que aquellos con niveles bajos de plasma sanguíneo de 25(OH)D son cinco veces más susceptibles a tener enfermedades relacionadas al AR que otros.
Cáncer. Ya sea cáncer de mama, de próstata, de páncreas, cervical, colorrectal, esofágico, gástrico, endometrio, ovárico o renal, se ha demostrado que todo tipo de cáncer es notorio ante las personas con niveles escasos de vitamina D. Por otro lado, aquellos con niveles altos de vitamina D, o a lo que se le considera como niveles “óptimos”, tienden a ser los menos propensos en desarrollar cáncer.