“Ahora que vuelvo, Ton”

CULTURA VIVA

 

Por Lincoln López

“Eras realmente pintoresco, Ton; con aquella gorra de los tigres del Licey, que ya no era azul sino berrenda, y el pantalón de kaki que te ponías planchadito los sábados por la tarde…”, con esas palabras, evocando un nostálgico episodio de la infancia y de su pueblo natal, el narrador, poeta, escritor y publicista René del Risco Bermúdez (1937-1972); inicia su emblemático cuento Ahora que vuelvo, Ton, considerado entre los mejores ejemplos de nuestra literatura contemporánea.

La historia cuenta el encuentro casual entre dos amigos de la infancia, y el autor, convertido en un exitoso médico de ejercicio en la capital, llega de visita a su pueblo natal, después de muchos años de ausencia para visitar la tumba de sus padres con motivo del Día de Finados, y estando en un lugar donde venden cervezas, ve como entra un limpiabotas, y lo identifica de inmediato como su antiguo amigo que pertenecía a su grupo, con su misma cojera de siempre y sus características de “pobre y cabezón”. Ton,  (y no Tom como aparece en algunas ediciones) no le reconoce, y empieza a lustrarle los zapatos. A partir de ahí cuenta y condensa su historia.

Esta narración de la vida del autor se puede esquematizar en cuatro momentos: el primero, su infancia en San Pedro de Macorís y lo que implicó aquella vida tranquila y espontánea en la que adquirió y absorbió su formación cultural y sus primeros valores. El segundo momento, se inicia con la mudanza de su familia a la capital, “aquella mañana (ocho y quince en la radio del carro) nos marchamos definitivamente del barrio y del pueblo”. En la capital la vida era distinta, y fue aún más distinta, pues cambiaron de clase social. “Ya para entonces papá ganaba buen dinero en su puesto de la Secretaría de Educación”. En Santo Domingo hizo su bachillerato y estudió su carrera universitaria en medicina.

Un tercer momento se inicia cuando le cuenta a Ton sus años en Europa, “mientras hacía estudios de Psiquiatría en España”. La calidad de vida de ese continente: los museos, los teatros, los vinos, el fútbol, la poesía y el estilo de vida… Allí conocería a Rosina, una joven italiana con la que se casaría, y una vez terminada su especialidad, ambos vinieron a vivir a Santo Domingo.

El cuarto y último momento, comprende su regreso a Santo Domingo, para establecerse como médico especialista, la muerte de sus padres, el nacimiento de su único hijo Francesco José. La inadaptación de Rosina a un país en proceso de desarrollado y clima tropical, terminaría en divorcio. Rosina con su hijo regresaría a Italia. En ese momento del relato en vez de continuar de manera lineal vuelve al soliloquio frente a Ton. Debemos valorar este texto de René del Risco Bermúdez como un soliloquio, una reconstrucción en su mente, y hablando consigo mismo: “no sé si decirte ahora quién soy y contarte todo esto, o simplemente dejar que termines de lustrarme los zapatos…”

Ahora que vuelvo, Ton, es una historia tierna, melancólica, sencilla, con toques de realismo, con un acervo cultural y un conocimiento de la sociedad de su tiempo. En sociedades como las nuestras, encontraremos siempre a muchachos como Ton, pobres y puros, que no tuvieron oportunidad de ascender socialmente. A todos los Ton que nos rodean los encerraremos en nuestros corazones, casi como una vergüenza personal.

Cultura viva, rinde homenaje a René del Risco Bermúdez, con motivo del cincuenta aniversario de la publicación de ese formidable texto: Ahora que vuelvo, Ton.