Proponen a Miguel Díaz-Canel para presidente de Cuba

POR AP

La Habana, Cuba. En una sesión memorable para Cuba, los diputados cubanos nominaron formalmente  al ingeniero Miguel Díaz-Canel para suceder al actual presidente Raúl Castro, una candidatura con la cual se busca darle continuidad a la revolución luego de cinco décadas de la generación “histórica” al frente del poder.

Esta será la primera vez en más de cinco décadas que la máxima dirigencia no estará liderada por una persona de apellido Castro, luego de que en 1959 triunfara la revolución de los hermanos Fidel y Raúl.

Los más de 600 parlamentarios reunidos desde la mañana del miércoles votaron por la candidatura presentada, pero se espera que el nombramiento sea oficializado hoy jueves.

Para acompañar a la candidatura de Díaz-Canel, de 57 años, irá el líder histórico sindical Salvador Valdés.

La designación de Díaz-Canel no fue una sorpresa, toda vez que éste se desempeñó como primer vicepresidente desde 2013 y aunque mantuvo un perfil bajo y de ortodoxia siempre se le presentó como el favorito para suceder a los antiguos líderes.

“No me sorprendió para nada. Sabía que iba a salir Díaz-Canel. Creo que está bien y va a trabajar por nuestro país”, dijo a la AP Melissa Mederos, una estudiante de 21 años de lengua inglesa que además se desempeña como maestra.

“A mí me gusta la continuidad de las ideas del presidente Fidel Castro, por todo lo que hizo por el pueblo”, agregó Mederos, para quien también se necesita la renovación. “El cubano necesita ver una mejora económica”.

La tarea de los parlamentarios en estas dos jornadas de miércoles y jueves es conformar un Consejo de Estado cuyo presidente -en este caso el nominado es Díaz-Canel- es el mandatario del país, pero según la Constitución estará acompañado por un primer vicepresidente, cinco vicepresidentes, un secretario y 23 miembros.

En paralelo, los diputados despejaron otra incógnita: Raúl Castro, de 86 años, no participará ni siquiera como miembro del Consejo de Estado, por lo que solo quedará como primer secretario del poderoso Partido Comunista de Cuba (PCC).

Aunque Castro dejó el ejecutivo, su peso histórico será un factor político importante en las decisiones que el gobierno de su sucesor tome en los próximos años y su presencia será para muchos garantía para la continuidad del proceso revolucionario en un país que atraviesa problemas económicos y la hostilidad de Estados Unidos, que presiona por un cambio de modelo político en la isla.